La construcción sostenible, desde sus inicios, ha procurado el desarrollo de obras eficientes en el uso de los recursos y saludables para sus ocupantes. Y, justamente, este último punto ha adquirido mayor relevancia desde que inició la pandemia por el COVID-19.
Considerando que el contagio del coronavirus aumenta en lugares cerrados con mala ventilación, “desde el diseño, vamos a ver cambios en viviendas y oficinas, ya no pensando solo en la funcionalidad, sino también en la salud de las personas; hay que tomar decisiones basadas en su salud”, explicó Juan Francisco Sifontes, presidente de El Salvador Green Building Council.
Sifontes, junto a José Pablo Labbé, socio y director ejecutivo regional de Studio Domus y Andrés Prera, fundador de ENVIRO y del Guatemala Green Building Council, participaron en el webinar titulado “Tendencias y beneficios de la edificación sostenible”, patrocinado por Inmobilia y organizado por Qualicons.
“La salud y el bienestar ya no son lujos, son una obligación”
Con la frase anterior, Jose Pablo Labbé explicó que desde antes del COVID-19 las generaciones “Y” y “Z” ya valoraban la sostenibilidad y el bienestar en casas y espacios de trabajo, pero ahora todas las generaciones lo hacen.
De igual modo, Prera manifestó que hoy se está reconociendo todavía más la importancia de integrar entorno construido, naturaleza, ser humano y eficiencia en cada proyecto. Porque solo así “volveremos a una cierta normalidad, en espacios modificados, donde personas sanas y productivas lleven a cabo sus actividades de ahora en adelante”.
Durante el webinar, los tres expertos afirmaron que múltiples estudios a escala global denotan cómo la construcción sostenible impacta radicalmente la salud humana. Al respecto, entre los principales beneficios registrados, destacan los siguientes:
- Crea empleados y ocupantes más felices, por espacios con mejor calidad ambiental interior.
- Aumenta las ventas en edificios comerciales que tienen iluminación y ventilación naturales.
- Permite que estudiantes se concentren mejor y obtengan mayores calificaciones.
- Propicia mejores porcentajes de recuperaciones en hospitales que tienen agradables vistas al exterior.
- Ahorra energía y recursos, reduciendo costos operativos.
Por tanto, de acuerdo con el fundador de ENVIRO, hoy más que nunca resulta imperativo desarrollar proyectos que cumplan con estas cuatro características:
- Económicamente factibles.
- Socialmente aceptados.
- Humanamente amigables.
- Ecológica y medioambientalmente responsables.
Visión sostenible: pre y con COVID-19
Antes de la pandemia, muchas personas y empresas no pensaban en las certificaciones, en muchos casos porque no reconocían el valor que aportan; pero ahora todas esas herramientas han comenzado a tener más sentido, sobre todo en lo que respecta a la necesidad de regresar al trabajo en espacios adecuados, que logren que las personas se sientan cómodas por el cuidado de los temas físicos, higiénicos y psicológicos.
De ese modo, mientras el mundo permanecía en cuarentena, surgieron dos certificaciones específicas (considerando el coronavirus) dentro de los mundos LEED y WELL. Y, a continuación, le compartimos la explicación que Labbé brindó de cada una de ellas.
Por parte de LEED, el experto presentó ARC Re-Entry. LEED (Leadership in Energy & Environmental Design) es un sistema de certificación de edificios sostenibles, implementado en la década de los noventa. Y, en la actualidad, está presente en más de 160 países, con 1.7 millones de pies cuadrados de espacios certificados.
Arc Re-Entry constituye un grupo de herramientas que pueden usarse para:
- Documentar y comparar políticas y procedimientos de control de infecciones.
- Recopilar y analizar experiencias de los ocupantes.
- Medir y rastrear la calidad del aire interior.
- Preparar los espacios de trabajo para el retorno.
Así, facilita un ciclo continuo de aprendizaje y mejora, midiendo aspectos como: los planes, políticas y procedimientos de control de enfermedades y su alineación con las autoridades correspondientes, la comunicación y señalización para control de enfermedades, las actividades de limpieza y desinfección, el cumplimiento del distanciamiento físico, la operación del sistema de agua potable, así como el desempeño de la calefacción, ventilación y el aire acondicionado, entre otros.
Luego, el directivo de Studio Domus presentó WELL Health-Safety, una certificación verificada por terceros basada en evidencia para todos los tipos de edificaciones, que se enfoca en políticas operativas, protocolos de mantenimiento, participación de las partes interesadas y planes de emergencia.
Labbé destacó que dicha herramienta fue diseñada para empoderar a los propietarios y operadores de empresas grandes y pequeñas a fin de que tomen las medidas necesarias para priorizar la salud y la seguridad de su personal, visitantes y otras partes interesadas.
“WELL Health-Safety puede ayudar a guiar a los usuarios a preparar sus espacios para el reingreso en un entorno con COVID-19, transmitiendo confianza a los ocupantes y a la comunidad en general”, destacó.
En términos generales, la certificación WELL Building Standard es ampliamente reconocida por identificar, medir y controlar las características de los espacios que impactan la salud y el bienestar de las personas que los ocupan.
Entonces, a partir de todo lo expuesto, ¿qué depara el futuro? De acuerdo con el presidente del Guatemala Green Building Council, lo que corresponde ahora es: “pensar primero en las personas, hacer un excelente uso de la tecnología para beneficiarlas, mantener alto el nivel de creatividad para las nuevas soluciones que demanda la realidad y generar una sinergia positiva con la naturaleza”.