De acuerdo con proyecciones del Foro Económico Mundial, presentadas en el estudio “The futuro of jobs” – “El futuro del trabajo”, las principales habilidades en el mercado laboral para el año 2025 incluyen: el pensamiento analítico y el crítico, la innovación, el aprendizaje activo, la resolución de problemas y la creatividad.
Y, en buena medida, esta lista también ayuda a definir cómo las empresas deben repensar sus espacios desde ya para propiciar dichas destrezas entre sus colaboradores, a fin de sobrevivir y ser más competitivas en el futuro próximo.
Cambios acelerados por el COVID-19
Desde antes de la pandemia ya se hablaba de la importancia de la experiencia de los empleados, reconociendo la relación de los espacios laborales con su compromiso y productividad. Luego, por el coronavirus, el reto se enfocó en proteger al máximo su salud.
Ahora, tras el boom del teletrabajo, ya se ha reconocido que el fin de las oficinas no ha llegado, sobre todo porque no todas las personas pueden adaptarse satisfactoriamente a laborar desde casa.
Es más, en diversas ciudades y naciones se ha detectado que muchos empleados desearían un modelo flexible, que combine el trabajo presencial en la empresa, con uno o dos días de la semana en remoto. ¡Lo mejor de ambos mundos!
De cualquier manera, la misma naturaleza humana provoca que, para trabajar, necesitemos colaborar, comunicarnos y socializar con los demás.
Espacios centrados en las personas
Independientemente de la situación particular de su compañía con respecto a la modalidad híbrida o totalmente presencial, lo que sí está claro es que las oficinas del futuro (que deben planificarse y montarse desde ya) deben estar diseñadas y construidas para ser espacios que les ayuden a las personas a sentirse bien física, emocional y cognitivamente.
Solo de esa manera tendrán las condiciones necesarias para aportar, aprender y colaborar con los demás miembros de la organización, desarrollando todo su potencial como individuos y como equipos.
Entornos laborales en transformación
Por tanto, a manera de resumen, aquí le enlistamos algunas de las características más destacadas de las oficinas del futuro:
- Distribuyen el espacio disponible en función de las tareas, no de las posiciones jerárquicas.
- No se limitan a copiar o imitar el interiorismo de multinacionales de referencia; por el contrario, consideran las necesidades reales de la gente y la imagen que quieren transmitir a los clientes y aliados estratégicos.
- Cuentan con espacios que los colaboradores pueden usar en función de las tareas de cada momento, con niveles acústicos y visuales adecuados, que también ofrecen privacidad cada vez que sea necesario. ¡La flexibilidad es absolutamente necesaria!
- Permiten el rápido intercambio en el uso de herramientas digitales y análogas (cuando aplica).
- Incorporan zonas de ocio de acuerdo con los gustos y preferencias del personal, es decir, ya no se limitan a máquina expendedoras de bebidas, café o golosinas en algunos pasillos.
- Consideran elementos que fomentan buenas posturas corporales (sillas, mesas y demás).
- Facilitan el contacto con la naturaleza (espacios al aire libre, iluminación natural y vegetación), sobre todo porque los empleados necesitan un respiro en un mundo tecnológico y con pantallas que demandan atención casi permanente.
- Posibilitan que, incluso, los empleados trabajen tanto sentados como de pie, con mobiliario especialmente diseñado para ello.
- Son, en esencia, espacios para la colaboración, la innovación y la co-creación de ideas o proyectos, aunque también acogen el trabajo individual que requiere privacidad y concentración.
Sin lugar a dudas, en la era del conocimiento, las oficinas del presente y del futuro deben favorecer la libre circulación de la información, la comodidad, la salud, la productividad y la eficiencia de cada colaborador.