El ritmo en las empresas, con frecuencia, es frenético, ¿verdad? Videoconferencias con colegas, proveedores o clientes; reuniones creativas, presentaciones de proyectos, tareas individuales; así como pausas para un café y para tomar aire antes de continuar. Entonces, frente a tantas actividades tan diferentes en una misma jornada laboral, es natural que exista el deseo de aprovechar al máximo cada metro cuadrado para lograr espacios eficientes y versátiles.
Ante esta realidad, desde un tiempo atrás se ha cuestionado mucho por qué los entornos de trabajo deben organizarse con una estructura fija. Así nació el concepto de espacios dinámicos que, precisamente, significa que estos pueden cambiarse o transformarse en función de distintos momentos, necesidades y tareas que son parte de la cotidianidad empresarial.
Bienvenida multifuncionalidad
En un principio se pensó que esta tendencia solo aplicaba para las grandes compañías tecnológicas. Sin embargo, sus beneficios no están relacionados con un determinado sector o con el tamaño de la organización.
En muchos sentidos, la multifuncionalidad en el diseño y en la arquitectura está en sintonía con las nuevas formas de trabajar propias del siglo XXI, incluso a pesar de la pandemia que seguimos atravesando. Y entre las principales ventajas que ofrece destacan las siguientes:
- Facilitan el bienestar y la salud de los colaboradores.
- Fomentan la productividad, la comunicación fluida y la innovación.
- Y, en definitiva, permiten que el entorno se adapte a las personas y a sus trabajos, exactamente cómo y cuándo lo requieren.
Importancia de los muebles
La planificación y asesoría a nivel estructural y de diseño para crear espacios dinámicos, también debe considerar el mobiliario.
Y, en este contexto, sin dejar de lado la elegancia o la imagen corporativa de su organización, pueden emplearse escritorios, sillas, sillones, manparas y estanterías modulares que le brindarán el balance perfecto entre comodidad y funcionalidad.
De este modo, un mismo mueble puede responder a distintos usos y/o tecnologías, moviéndose fácilmente y todas las veces que sea necesario, teniendo en cuenta las preferencias individuales de cada colaborador. Y pueden fabricarse a la medida exacta de entornos bien específicos. Por ejemplo, una banca para sentarse puede convertirse en una mesa de centro; una librera, a partir de las partes que la integran, puede transformarse en escritorio; o también puede tratarse de un sistema de almacenamiento inteligente.
En definitiva, si está buscando el aprovechamiento óptimo y la multifuncionalidad de ciertas áreas en las instalaciones de su empresa, la tendencia de espacios dinámicos puede ser una buena alternativa.