Tomar la decisión que enuncia el título de este artículo, definitivamente no es fácil.
¿Qué le conviene más a su organización: construir una planta de producción completamente nueva o solo remodelar-ampliar la que ya tiene?
Encontrar la respuesta correcta a dicha interrogante requiere, para comenzar, dos tareas básicas:
- Revisar su plan estratégico, a fin de actuar en función de lo que permita satisfacer tanto las necesidades actuales como las futuras de su empresa.
- Analizar las ventajas y desventajas de cada uno de esos escenarios.
Frecuentemente, como es lógico, el criterio de mayor peso para elegir entre uno y otro camino suele ser el dinero o el tiempo, pues la renovación de una instalación existente puede ser comparativamente más rápida o barata; no obstante, es probable que la misma, aún después de renovada, no cumpla con los objetivos de mediano o largo plazo.
Y si hablamos de lo que motiva cualquiera de estos cambios, entre las razones de peso figuran las edificaciones demasiado antiguas y la necesidad de aumentar la capacidad de producción.
Así, las remodelaciones más comunes suelen incluir: la instalación de equipos de iluminación o ventilación más eficientes; cambios o reconfiguraciones de líneas de productos; así como la liberación de espacio en pisos con nuevos equipos o tecnologías.
Comenzar de cero
Por otro lado, la construcción de una planta completamente nueva puede alinearse con necesidades como las siguientes:
1) Automatización para mejorar la eficiencia de la producción. Estos equipos suelen demandar más espacio, así como otros requerimientos en materia de infraestructura, por lo que lo más recomendable es comunicarse con los fabricantes de estos a fin de recibir su asesoría, asegurando todo lo necesario desde la etapa de diseño.
2) Nuevas medidas y protocolos de seguridad y salud ocupacional a lo largo de todo el ciclo productivo.
3) Estándares de diseño que evolucionan según la industria a la que su empresa pertenezca o al tipo de actividades que realice, un ejemplo podría ser la altura libre de los edificios.
4) Cambios necesarios en los accesos y en el control de estos, en los muelles de carga y en todo el flujo del tráfico desde dentro hacia el exterior de las instalaciones.
5) La sostenibilidad y la implementación de buenas prácticas medioambientales, entre las que destacan el uso de equipos “ecológicos” o de mayor eficiencia energética, que pueden permitir el desglose de la cantidad de electricidad que consume cada línea para luego asignarle dicho costo a determinada categoría de productos; así como la reducción del uso de agua, el tratamiento de los desechos, entre otras.