“Tienes que empezar con la experiencia del cliente y trabajar hacia atrás con la tecnología”. Steve Jobs dijo esta frase y, aunque originalmente se refirió a los productos de Apple, aplica muy bien para comenzar a explicar el concepto que abordaremos en esta entrada del blog: Real estate as a service, cuyas siglas en inglés son REaaS.
A manera de introducción, podemos decirle que este término se refiere a la transformación del sector inmobiliario que está pasando de ser una industria que comercializa un producto (terrenos o propiedades), a una que ofrece servicios a partir de un enfoque centrado en los clientes y no solo en los inmuebles.
La National Association for Industrial and Office Parks (NAIOP) de Estados Unidos, en un artículo titulado “El auge de los bienes raíces como servicio” comenta que si ahora tenemos Uber en lugar de carros, Spotify en lugar de cedés y Netflix en lugar del cine; en el caso del sector inmobiliario, justamente ahora se trata del espacio como servicio para ofrecer comodidades, flexibilidad, escalabilidad y hasta un sentido de comunidad para todos los involucrados.
Para clarificar más este término, pongamos un ejemplo: En un mercado tradicional de productos dos edificios idénticos, uno al lado del otro, podrían valer lo mismo. Pero si uno de ellos se diseña para prestar servicios específicos a los usuarios y, por tanto, les ofrece una experiencia superior, puede aumentar su valor.
En otras palabras, el concepto Real estate as a service se refiere a que los espacios de trabajo, industriales, comerciales, hoteleros y residenciales ya no tienen que limitarse a ser solo eso, considerando que las personas están buscando soluciones a la medida de sus circunstancias laborales o de vida, y de sus preferencias.
Entonces, los propietarios o arrendatarios tienen el reto y la oportunidad a partes iguales, para dejar de ser vendedores o arrendadores de metros cuadrados a fin de convertirse en proveedores de servicios que permitan a los inquilinos y usuarios utilizar los inmuebles a la medida de sus requerimientos particulares.
Revolución tecnológica para trabajar, comprar o vivir
Gracias a una conexión a internet segura y estable, muchas personas ya no necesitan una oficina para trabajar o una tienda para comprar. Y eso va mucho más allá de lo que hemos experimentado a escala global debido a la pandemia.
Entonces, los espacios hoy pueden concebirse para hacer cualquier cosa desde cualquier lugar. Y también pueden plantearse mezclas interesantes: comercios dentro de edificios de oficinas, o lugares de trabajo adjuntos a otros de vivienda.
Otra alternativa puede ser enfocarse en perfiles particulares de usuarios. Así, en el caso de las oficinas, los espacios podrían enfocarse en distintos tipos de negocios o en determinadas etapas del crecimiento de los mismos. Y hasta en determinadas profesiones, por ejemplo, empresas de tecnología, de la industria creativa o firmas de abogados, pues cada una de ellas tiene necesidades puntuales cuando se trata de instalaciones y de servicios.
De acuerdo con Antony Slumbers, consultor reconocido mundialmente en materia de estrategias de transformación e innovación para empresas inmobiliarias, el futuro de los espacios está en aprender a conceptualizar y monetizar los servicios que pueden alojar. Y ante un cambio tan profundo como este, es natural que haya gente entusiasmada mientras que otros se resistan o lo nieguen; pero estos últimos no podrán hacerlo por mucho tiempo más pues ya no habrá marcha atrás.